La Red Lules Teatro comienza a celebrar sus 25 años de existencia desde hoy, con la puesta en escena de “La hechicera”. El grupo independiente creado por José Luis Alves y Soledad Benegas en 1999 lo hace en El Alto de Estela, una nueva sala en San Isidro de Lules (9 de Julio 268), adaptada de forma que sirva de escenografía de la obra con capacidad para 40 espectadores.
El texto fue premiado a nivel nacional y ya pasó por otras versiones. “En él recuperamos la memoria de los comienzos de la historia de nuestra provincia para que el público se reconozca en sus actores, en su música y en su poesía, y así identificarse fácilmente. Por lo tanto, pueda encontrarse con su teatro”, explica Alves en diálogo con LA GACETA.
- ¿Qué se cuenta en la obra?
- La historia de una india luleña condenada al potro de los tormentos por el sistema español intolerante en el comienzo de la historia mítica de Tucumán, y que se subleva contra todos para vengarse por las injusticias cometidas contra ella y su pueblo. La caza de brujas es un comienzo aterrador en el país de la selva (como era Tucumán) y nos sirve para abordar cómo ritualmente volvemos a la intolerancia de nuestra sociedad, que permanece inalterable en el inconsciente colectivo y que retorna a ese momento constitutivo y fascista.
- ¿Cuál es el atractivo de una tragedia actual como género?
- Por lo que tiene de fundante después de una pandemia mundial, es volver al ritual y a los orígenes ejemplificadores y cuestionables para el público.
- ¿Qué significa cumplir un cuarto de siglo como colectivo artístico?
- Cada año de un grupo de teatro es de una tremenda complejidad. No se puede medir en relación a una vida humana. El tiempo colectivo se mide en quintos, que son como cinco años de un hombre. Nosotros ya juntamos generaciones de actores luleños, hemos podido trabajar con las generaciones de los 60 y 70, con los 80 y 90, y lo que hicimos de 2000 para aquí. Tenemos la fortuna de que el proyecto haya sido sostenido por tres generaciones diferentes y además por el Instituto Nacional de Teatro, la Ley de Teatro de Tucumán y el Consejo Provincial de Teatro Independiente que vio en nuestro proyecto un futuro para el teatro del interior tucumano.
- ¿Qué se proponen alcanzar como nueva meta?
- La Red cambia sus proyectos cada década, y hoy el objetivo es expandir su idea, lo que nos llevará un tiempo concretar. Ya es hora de que nuestro trabajo sea visto por el gran público. Es hora de que escuchen lo que tenemos para decir con nuestro propio idioma, en nuestra propia lengua, con nuestro lenguaje teatral. Ni mejores ni peores, diferentes. Hoy ya sabemos cómo llegar a nuestro público y nos dirigimos con nuestro escasos recursos hacia los espectadores, estén donde estén. También hay otros proyectos que seguirán en carpeta, como el de La Red Cine por ejemplo.
- ¿Cómo subsiste una propuesta independiente en tiempos de crisis y ajuste?
- El ser independiente nos ha marcado, no podríamos ser otra cosa. Hemos vivido desde 1999 muchísimos cambios sociales y siempre supimos ser resilientes ante las dificultades. Hoy es un tiempo que preveemos convulsionado y ya estamos preparados. Tenemos una obra en cartel, 11 actores de diferentes edades, cuatro técnicos, un teatrillo para transportar, y una furgoneta que nos traslada. Estamos listos para enfrentar otra batalla cultural. Por supuesto que la política nacional va a repercutir en todos los hacedores de teatro del país. Si el INT se cierra, va a afectar no solo a todos los teatristas independientes sino a la cultura nacional. Nuestras redes se debilitarán y cada nodo del país se resentirá. Sin embargo, conocemos la templanza de nuestros compañeros y sabremos reponernos ante la adversidad. El teatro argentino no es algo que un Gobierno pueda hacer tambalear. Desde nuestro lugar defenderemos la cultura con lo que sabemos hacer: con arte y teatro independiente. Ante el individualismo extremo de nuestro tiempo proponemos lo grupal-comunitario y la autogestión independiente de los artistas del interior.